jueves, 24 de noviembre de 2011

Epigramas del Sr.Marcial

El epigrama, del griego antiguo ἐπί-γραφὼ (literalmente, "sobreescribir" o "escribir encima"), es una composición poética breve que expresa un solo pensamiento principal, festivo o satírico, de forma ingeniosa. Se pueden rastrear las raíces del género hasta muy atrás. El epigrama se creó en la Grecia clásica y, tras los griegos, en la composición de epigramas destacaron, singularmente, los romanos y Marco Valerio Marcial.


Marco Valerio Marcial procedía de Bílbilis (Calatayud), en la Hispania Tarraconense. Alrededor del año 64 d. C. marchó a Roma para terminar sus estudios jurídicos con la protección de Sèneca, pero la caída en desgracia de éste y su suicidio le dejaron desamparado y su pobreza le obligó a sobrevivir de forma bohemia e itinerante como cliente de diversos patronos la mayor parte de los 35 años que pasó allí.

Libro I. Epigrama 64

Eres guapa (lo sé) y joven (es verdad)
y rica (¿quién puede negarlo?).
Pero cuando te elogias, Fabula, en demasía,
ya no eres rica ni guapa ni joven.


Marcial en esta obra utiliza un lenguaje culto para la época y se recrea ante la luminosidad de  una mujer resaltando los atributos característicos propios de la belleza femenina. La belleza de la mujer hace que caiga en un punto culminante para acabar enumerando los rasgos positivos que enamoran de esta mujer.



Epigramas de los Siglos de Oro de la literatura española.

                   Doña Madama Ruanza
                   tan alta y flaca vivía,
                   que mandó su señoría
                   enterrarse en una lanza,
                   y aún hubo dificultad,
                   porque de lo alto faltó
                   y de lo ancho sobró,
                   la mitad de la mitad.



                                                       Lope de Vega.







Solamente un dar me agrada,
que es el dar en no dar nada.
                         F.de Quevedo.







SIGLO XVIII ESPAÑOL.

 Se quejan mis clientes
de que pierden sus pleitos: pero en vano,
¿A mi qué se me da, si siempre gano?
                          G.M. De Jovellanos .

El señor don Juan de Robres,
con caridad sin igual,
hizo este santo hospital...
y también hizo los pobres.
Juan de Iriarte .





Oscar wilde

Sólo hay una forma de hacerse disculpar el vestir ocasionalmente de forma exagerada: ser siempre exageradamente cortés.


Muy raras veces la verdad es pura, y jamás se muestra sencilla. Si la verdad fuese lo uno o lo otro, la vida moderna sería aburridísima; y la literatura actual, una imposibilidad.



Narciso de Foxá:

Ese lugar, bella Luisa,
vale un mundo, vale dos,
y si lo anima tu risa,
vale cuanto se divisa,
entre los hombres y Dios.









El signo más expresivo de la decadencia de Occidente es la desaparición del aperitivo de la tarde. (Luis Buñuel).








Enrique Jardiel Poncela:

Todos los hombres que no tienen nada que decir hablan a gritos.

El amor es como una goma elástica que dos seres mantienen tirantes, sujetándola con los dientes; un día, uno de los que tiraban se cansa, suelta, y la goma le da al otro en las narices.

2 comentarios: